- Advertisement -

La nueva depuradora del casco que libre a los vecinos de los malos olores no estará operativa antes de 2020

El casco urbano de Orihuela lleva más de doce años reivindicando una nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) que acabe con las molestias, principalmente por malos olores, que la actual y anticuada instalación provoca a miles de vecinos de la pedanía de Correntías, donde se ubica, pero también de Molins, Los Huertos y las zonas de Obispo Rocamora, parque Juan García y Puente del Rey.

La depuradora de Orihuela Casco se encuentra en uno de los sotos del río Segura, en las proximidades de la vía del tren y el retén principal de la Policía Local de Orihuela, a unos 400 metros en línea recta del centro urbano y a apenas un centenar de metros de algunas calles de Correntías.
En esta pedanía oriolana, sus vecinos saben muy bien lo que significa vivir a diario cerca de una estación depuradora de aguas residuales, «porque los olores de las emanaciones son a veces insoportables», según cuentan a Activa Orihuela. Sin embargo, según admiten algunas de las personas residentes en esta zona muy próxima a la ciudad, «la gente se queja poco de esta situación y parece que ya estamos acostumbrados».
Cuentan también que durante las primeras horas del día «es más llevadero», pero aseguran que, conforma pasan las horas y entra la tarde, el mal olor «es más intenso».

El malestar vecinal parece que se agudiza cuando se les pregunta si creen que, lo que algunos llaman «tufo», puede ser perjudicial para la salud. Hay quien afirma que el mal olor también conlleva que existan bacterias contaminantes en el aire que respiran, «y ya veremos si no acabamos todos malos», como señala una de las personas consultadas en Correntías Altas.
Con el aumento de las temperaturas, el verano es temido en estas zonas de Orihuela cercanas a la EDAR, porque relatan que estos desagradables olores atraen a los mosquitos «y los tenemos en escaparates, ventanas e incluso dentro de nuestros negocios y viviendas».
Esta incómoda situación la recuerdan lejana en el tiempo, «porque así llevamos muchos años y, por mucho que nos quejemos, esto no cambia». Dicen también determinados propietarios de establecimientos de Correntías Altas que quienes más perciben esta situación «son las personas que vienen de fuera, porque nos dicen que lo notan al llegar».

Treinta años en marcha
La estación depuradora de aguas residuales de Orihuela Casco fue construida en el año 1989 y ampliada en 1996. Esta instalación trata, desde entonces, las aguas residuales que genera la ciudad y las pedanías de Molins y La Campaneta.
Como reflejan los datos de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR), la estación dispone de un tratamiento biológico convencional mediante fangos activados con digestión aerobia de fangos. El caudal de diseño de la depuradora es de 10.000 m3/día, que corresponde a una población equivalente de 50.000 habitantes, con una dotación de 200 litros por habitante y día.
Pero esta planta ha quedado «obsoleta», como reconocía hace ya dos años el entonces concejal de Medio Ambiente, Manuel Gallud, quien anunciaba entonces para septiembre de 2015 la construcción de una nueva depuradora para el casco urbano de Orihuela, obras valoradas en 16 millones de euros que finalmente no comenzaron a ejecutarse. El edil de Los Verdes reclamó por entonces al gobierno que saldría de las urnas en mayo de 2015 «que luche por que se apruebe definitivamente esta construcción».

Nuevo proyecto de EDAR
El actual concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández, asegura que desde que tomó posesión del cargo lleva reclamando la nueva depuradora a la EPSAR, que modificó el proyecto aprobado en la anterior legislatura, «al no pasar el anterior la supervisión técnica del ente de saneamiento».
El edil afirma que, a día de hoy, está cerca de finalizar ese trámite «y ya está adjudicada la redacción del nuevo proyecto para dar el visto bueno a su ejecución». Mientras que el proyecto de 2015 estaba valorado en 16 millones de euros, el nuevo reducirá ese coste al aprovechar nuevas tecnologías, «pero será igual o más eficiente que el anterior», según Fernández.
El edil espera que las obras comiencen este año y en un plazo máximo de dos años Orihuela pueda disponer de una moderna estación depuradora.
Por otra parte, el Ayuntamiento va a iniciar la tramitación de un plan especial que permita al municipio adquirir los terrenos necesarios para ampliar las actuales instalaciones de la EDAR, que no se moverá del emplazamiento que ocupa.

CLr propuso un traslado
En el año 2008, el entonces concejal de Centro Liberal Renovador, Joaquín Ezcurra, presentó una moción al pleno solicitando que la depuradora se alejara del casco urbano, pero pidió que, hasta entonces, el Ayuntamiento modernizará las instalaciones para evitar molestias a los vecinos.
El concejal oriolano de Medio Ambiente considera que no hay ningún problema en ampliar las actuales instalaciones pese a su cercanía a la población, y opina que dadas sus nuevas características, «no tiene por qué generar molestias ni malos olores a la vecindad».
Fernández quiere transmitir a los vecinos el mensaje de tranquilidad, a la vez que pide que en caso de sufrir alguna molestia debida a malos olores, se pongan en contacto con la Concejalía para que desde ésta se notifique a la concesionaria «y lo solucione cuanto antes aplicando un tratamiento de desodorización o lo que haga falta».

Cansados de sanciones
La futura nueva depuradora de Orihuela Casco aplicará a las aguas residuales un tratamiento terciario de forma más moderna, con lo que, según el edil, «se cumplirán todos los parámetros que la Confederación Hidrográfica del Segura exige para poder verter al río Segura las aguas depuradas.
El Ayuntamiento de Orihuela se ha visto obligado a hacer frente a numerosas sanciones porque los vertidos no han cumplido los requisitos marcados por el organismo de cuenca dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.
Se trata de sanciones que han llegado a los 300.000 euros, pero que finalmente y tras los recursos, incluso hasta el Tribunal Supremo, han quedado en importes que oscilan entre 6.000 euros y 10.000 euros.
El concejal asegura que permanece abierto «algún procedimiento en fase de inicio de infracción», a la vez que admite que «fallamos porque la depuradora no está preparada pese al esfuerzo de Hidraqua como empresa concesionaria. Hasta que no tengamos la nueva, nos pueden sancionar por esta cuestión».
Fernández también explica que, junto a la sanción por vertidos que no cumplen los parámetros, el Ayuntamiento tiene que hacer frente por daño al medio ambiente, que se calcula en función del volumen del vertido no autorizado. No obstante, el concejal oriolano señala que desde la Confederación del Segura «está siendo más flexible porque reconoce el esfuerzo del Ayuntamiento por hacer bien las cosas».

correntias

Los comentarios están cerrados.