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‘Un mes después de las elecciones’

De la definición de socialismo se extrae la conclusión de que la persona es el núcleo alrededor del que giran todos sus postulados y a los cuales van dirigidos todos sus esfuerzos con el objetivo primordial de mejorar su bienestar.

Pues bien, sobre el papel todo es muy bonito y en campaña todavía más. Pero hoy, casi un mes después de las elecciones y con un claro vencedor de las mismas el cuestionado líder del Partido Socialista anda sumido en su desidia. Sin una actitud clara para afrontar la situación que se le viene encima y de la que dependen muchísimas variantes de capital importancia para el conjunto de nuestra nación.

Más allá de su ego,  más allá de su bronceado cultivado la pasada semana en Mojacar o aún más allá sus escasos 85 escaños lo realmente preocupante es la actitud que muestra para desatascar la situación que va camino de convertirse en el culebrón del verano.

La voluntad de los votantes dejó patente que el Partido Popular es el único que ha mejorado su resultado electoral llegando a 137 con una clara tendencia ascendente. Por el contrario, un grupo de tres o dos y un bipartito, como ustedes quieran verlo, que bajan en escaños desde el pasado 20 de diciembre. Si bien, el Sr. Rivera e incluso el Sr. Iglesias reconocen tacita o explícitamente la victoria del Partido Popular y que han de estar en la oposición, el señor Sánchez se resigna a afrontar esa situación con la responsabilidad que se le presupone.

Parece ser que las declaraciones públicas y privadas de los barones socialistas no frenan su ansia de gobernar a cualquier precio. Su intento frustrado hace algo más de 6 meses que, con 130 escaños, justificaba un gobierno “del cambio” a peor, eso sí era licito, mientras que la mayoría actual del Partido Popular con 137 no lo es.

Digno de destacar es, a su vez, el sondeo electoral de unas hipotéticas terceras elecciones generales donde el Partido Popular se dispararía hasta los 165/169 escaños, mientras el resto de partidos bajaría como también han manifestado en las últimas fechas destacados líderes socialistas.

Todo lo anteriormente expresado chirria con la definición de socialismo, con la campaña que sitúa como centro de sus políticas a la ciudadanía y deja patente, una vez más, que el único objetivo de Pedro Sánchez es gobernar a cualquier precio, pasando por encima de lo que haga falta aunque ello sea la voluntad de los españoles cristalizada en los resultados electorales del pasado 26 de junio.

Yo soy de los que piensa que para tener un gobierno competitivo que mejore la situación socioeconómica  y que redunde positivamente en la ciudadanía es necesario un PSOE fuerte.

Por tanto, ahora es su momento. Ellos son los que deben de elegir si se pliegan a la voluntad y al deseo de gobierno de su líder o si, por el contrario, aceptan su resultado, su situación y por el bien del país, comienzan una regeneración que exigen al PP pero que ellos a día de hoy ni se plantean. Pasan a la oposición y en las próximas elecciones, que espero que sean dentro de 4 años, no superan por tercera vez consecutiva su suelo.

Concluiré diciendo que este escenario, al parecer idílico, será positivo para el seno del PSOE y, por ende, para lo que más nos importa a todos, la calidad democrática de nuestro país.

Juan Gómez
Presidente Nuevas Generaciones de Orihuela

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