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Muñoz Grau presenta a ‘Pincelito’, “un sicario que hizo durante cinco meses lo que quiso”

José Antonio Muñoz Grau necesita pocas presentaciones en Orihuela y en la Vega Baja, pero la aventura de escribir y recordar la historia, da ahora el salto a nivel nacional con su más reciente novela, ‘Pincelito’.
Este martes presenta su trabajo en Orihuela y lo hará miércoles en Redován. En ambas localidades arropado por muchos amigos, pero también por un público interesado en conocer al protagonista de una novela que, según su autor, «no dejará indiferente a nadie». ‘Pincelito’ vuelve a Orihuela muchos años después de haberse ido; si llegó a irse.

Pregunta. Hemos conocido al Muñoz Grau profesor, al activista, al presentador, al pintor, pero ¿Cuándo nace el escritor?
Respuesta: Con trece años escribí mi primera novela; o eso pensé yo. Un verano… una playa… un grupo de niños y niñas descubriendo los ahogos fuera de las olas… Te puedes imaginar: sus renglones parecían electrocardiogramas.
-¿Por qué le atrae la memoria histórica y escribir sobre hechos reales a los que ha dedicado sus dos últimas obras?
-La desaparición de la memoria es el síntoma de una grave enfermedad. Una sociedad que pierde su memoria y, lo que es peor, conscientemente, es una sociedad enferma. Entiendo que una víctima tiene derecho a olvidar, pero el resto tenemos la obligación de que no se repita; es el lado social de la historia, que su lectura sirva para la libertad de los personas y no para lo contrario, como ocurre tan habitualmente y de manera tan interesada. Desconfía de los que administran el olvido.
-‘Pincelito’ ha sido publicado por la prestigiosa editorial Áltera en la colección ‘Maestros de la literatura histórica’. ¿Se siente un maestro de la escritura?
-Yo soy maestro de primaria, y porque me dieron un título; ah, eso sí, maestro permanente en prácticas. Cuando la editorial Áltera me comunica que, «por su calidad literaria» apuesta por ‘Pincelito’ y lo incluye en esa colección, con un contrato de cinco años renovable, etc., fue una gran alegría, claro que sí. Pero mi cabeza ya estaba en otra novela; añade a mis nietos y te aseguro que es difícil sobrellevar tanta emoción. ¿Maestro…? Lo lógico es que los alumnos superen a los maestros, así que prefiero seguir siendo alumno.
-¿Quién es Pincelito? ¿Quién se escondía tras ese apodo que puede parecer el de una persona entrañable?
-Ramón Velasco Cases, un humilde aperador, que reparaba aperos de labranza, nació en Benejúzar, pero ‘Pincelito’, el protagonista de esta novela nació en Orihuela, a las puertas del Teatro Circo, una noche de Celia Gámez y sus ‘Leandras’. Luego, con la guerra, que es la peor expresión del odio entre los seres humanos, se colgó la Euskaro de cinco tiros y… Te puedo decir que en su pueblo, y al final del capitulo dos se escenifica, para muchos fue un héroe.
-¿Considera a Pincelito un verdugo o una víctima?
-Las guerras siempre las ganan los mismos, los poderosos, grandes administradores del miedo, y al final, de una u otra manera, todos somos víctimas. ‘Pincelito’ fue, fundamentalmente, un sicario, con cinco meses para hacer lo que quiso. Ochenta años después, pese al empeño del alcalde de Orihuela, es fácil decir que las instituciones republicanas actuaron tarde, pero también es cierto que actuaron.
-Ha pasado el protagonismo del héroe de su primera novela al villano de esta segunda.
-En todas las historias hay héroes y villanos. En ‘Un republicano en Orihuela del Señor’, el héroe era ‘don Paco’ y, los villanos, todos aquellos a los que les salvó la vida y luego intentan matarlo. Pero también, esa sociedad que lo sepulta en la cuneta de la historia, simplemente porque, aunque era de derechas, creía en la democracia. En ‘Pincelito’ también hay héroes y heroínas. Familias enteras. Algunos, olvidados a derecha e izquierda. Por ejemplo, don Paco Oltra, el alcalde de Orihuela que se enfrentó a él, y que hace unos años los frailes franciscanos contaban en un libro cómo les salvó la vida a todos ellos.
-Orihuela y la Vega Baja ¿tienen muchas historias negras que contar?
-El poder absoluto siempre genera monstruos. ¿Que se puede esperar de una dictadura…? Claro que hay armarios, alfombras y cunetas llenas de historias y dolor; algunas tan duras como éstas. Solo te puedo decir que estoy en ello.
-¿Cuál era esa manera humillante de Pincelito de terminar los paseos y las sacas?
-Lo dejamos al lector, pero adelanto que a ‘Pincelito’ solo le pudo la bragueta. Yo, sin embargo, prefiero su ‘Camino de Damasco’, esa parte de su vida menos conocida en la que involucró a todas las instituciones franquistas y religiosas de Gerona…
-¿Qué sensación espera que deje esta novela en sus lectores?
-Recuerdo escenas que me asfixiaban, testimonios durísimos, a lágrima viva. Sé que es dura, pero no más que un telediario. El miedo, que cada uno lo expresa «como Dios o el diablo le da a entender», es el verdadero protagonista de esta historia… He intentado hacer una novela equilibrada, que no deje indiferente a nadie. Al fin y al cabo se escribe con la intención de Sherezade.
-¿Cuál de sus dos novelas le ha costado más escribir y cuál le deja más satisfecho?
-La primera la escribí en medio de un cáncer y eso le dio un punto de dificultad, que, por otro lado, me ayudó a sobrellevar el tratamiento; se puede decir que yo saqué a don Paco del olvido y él a mí del hospital. Hubo momentos de ‘Pincelito’, sobre todo en el primer capítulo, mucho más duros de escribir.
-Cualquiera de sus dos novelas históricas podría ser adaptada al cine. ¿Se atrevería?
-Yo me atrevo incluso a dirigirlas… En el contrato con la editorial, en una de las cláusulas, se desarrolla jurídicamente su adaptación al cine. ¿Por qué…? Cuanto la leas, coincidirás conmigo en que ‘Pincelito’, como la historia de ‘don Paco’, es una película espectacular.
-¿Le tienta escribir una novela sobre el río Segura y el papel de la Comisión pro-rio?
-Sí, claro, pero mira… De entonces, aprendimos que en ‘Orihüele’, el río era solo un canal donde desembocaban las cloacas de las instituciones. Ya me entiendes. Y en mi próxima novela, muy avanzada, por cierto, el Segura más nauseabundo es el aire que envuelve la historia, su atmósfera… lo de pro-rio es solo un eco necesario…
-¿Va a seguir la línea marcada por Pincelito?
-Es una historia de amor, de amor pese a todo. Que empieza tras la guerra civil, «abriendo los armarios de la Orihüele de toda la vida» y que trata de sobrevivir pese a los ‘Pincelitos’ travestidos de esa moralidad que los hace impunes y, por tanto, tan letales como ‘Pincelito’. Y hasta ahí puedo contar.Muñoz Grau 06

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