Una vez finalizadas estas fiestas de la Reconquista es hora de hacer balance por parte de la Junta Central de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos ‘Santas Justa y Rufina’ de Orihuela.
El presidente de los festeros oriolanos, Antonio Manuel García Alcocer, se ha mostrado ‘satisfecho’ del acontecer de los actos celebrados, que este año han abarcado dos fines de semana.
Las dos entradas siguen siendo los puntos fuertes de la Fiesta, con la presencia de miles de espectadores en las calles para ver los desfiles y la afluencia de visitantes de otras localidades. Tal como destaca García Alcocer, «son un referente no solo comarcal, sino provincial e incluso nacional, porque hay muy pocas poblaciones que ofrezcan un espectáculo y unos boatos como estos. Si el desfile del viernes con la Entrada Cristiana llenó las calles de público, el desfile de la Entrada Mora del sábado las desbordó».
Todos los actos programados parece que se han desarrollado con normalidad y se han cumplido los horarios, «sobre todo las entradas, pese a que salieron diez minutos más tarde para que todo estuviera bien preparado y se enlazara con el boato de la Armengola».
También valora García Alcocer la mayor participación festera, «porque desde hace un par de años se viene incrementando el número de filas por parte de las comparsas de ambos bandos».
Con respecto a la duración de los desfiles, el presidente de los festeros considera que no ha sido exagerada «si tenemos en cuenta que el bando moro tiene un tercio más de filas que el cristiano y supera el centenar, con lo que el desfile puede durar una hora más». Las tres horas y media que duró la Entrada Mora «no es ninguna barbaridad si tenemos en cuenta que en otras poblaciones festeras dura cuatro horas o más».
Cambio de las presentaciones
Como es habitual, tras el último de los desfiles, ya de madrugada, es el momento para desvelar los nombres de los nuevos embajadores.
Pese a que desde la asociación se anunció que el primero en ser presentado sería el Embajador Cristiano, los cargos de la entidad y las autoridades se dirigieron primero a la kábila Almorávide en la Ocarasa, en lugar de hacerlo al cuartel de los Templarios en El Rabaloche.
El cambio originó malestar en la comparsa cristiana, a donde se habían desplazado, además, algunos representantes de comparsas del bando moro. Se decidió no esperar y fue presentado el embajador con la ausencia de los cargos festeros y autoridades, que llegaron al cuartel templario una vez finalizado dicho acto.
Según ha explicado García Alcocer, «el cuartel moro no se iba a abrir hasta hacer la presentación, y al estar más céntrico se pensó en acudir primero a este. Eran ya las tres de la madrugada y se hubiera hecho muy tarde si hubiéramos ido primero al Rabaloche».
Lo cierto es que se trata de una noche complicada tanto para los embajadores salientes como para los cargos de la asociación y autoridades, por lo que el presidente de los festeros apunta la posibilidad de retrasar unos días la presentación de embajadores para las próximas fiestas. «Quizá no se debería hacer esa noche y esperar al día siguiente o incluso una semana, para que los embajadores salientes puedan disfrutar esa última noche de su comparsa y de sus amigos». El debate se ha abierto este año y la Junta Central de la asociación festera promete estudiar analizarlo.
Por otro lado, parece que este año se ha conseguido cumplir con el límite de los horarios establecidos por el Ayuntamiento, y según García Alcocer, «parece que eso se ha cumplido a rajatabla».
Más control en la Retreta
El control de la participación en la retreta ha vuelto a ponerse en entredicho estas fiestas tras circular en redes sociales que varias comparsas vendían tiques para salir en el desfile, y que incluso el precio variaba de salir con o sin bebida.
Sobre este asunto, el responsable festero asegura que «no me consta que nadie haya vendido las pegatinas entregadas a las comparsas», y asegura que desde la Junta Central «se hace hincapié en que no salgan personas no vinculadas a la Fiesta y ese control hay que seguir ejerciéndolo».
Los comentarios están cerrados.