El centro sociocultural de Rojales acogió la presentación el Calendario Meteorológico de la Vega Baja 2016, un año peculiar que pasó de la sequía a la riada con excepcionales temporales de lluvia, viento u oleaje, según expuso Pedro J. Gómez uno de los autores del proyecto.
El acto estuvo presidido por los alcaldes de Rojales y Almoradí, Antonio Perez y María Gómez, así como por los concejales Imaculada Chazarra y Nahún Méndez, y Amelia Navarro, Directora de Sostenibilidad de Hidraqua entre otros.
El Catedrático de Análisis Geográfico y responsable del Instituto de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, pronunció la conferencia “Cambio Climático y riesgos en el litoral mediterráneo español”.
Los intervinientes dieron a conocer importantes datos locales y regionales. Amelia Navarro destacó que el municipio de Rojales presenta una eficiencia hídrica del 92% mientras que la media nacional se cifra en 72.
Cifras record durante 2106 comparando la serie histórica. Según Pedro J. Gómez se registraron 43.8 grados en Orihuela; lluvias de 165.5 litros por metros cuadrado (l/m2) en Orihuela, 129,4 en Rojales o 235.5 en Pilar de la Horadada, solo en el mes de diciembre.
Jorge Olcina sin querer lanzar un mensaje catastrófico si alertó de las consecuencias del cambio climático. “Tierra solo tenemos una, hay que ayudarla y reflexionar sobre lo que estamos haciendo y poner remedios, empezando por cambiar nuestros propios hábitos personales y aplicando planes de acción local.
Un dato curioso y preocupante que dio a conocer es que, desde los años 80, el clima ya no depende únicamente de factores naturales; le afecta la actividad humana con la emisión de gases CO2 que provoca el aumento de la temperatura con efectos sobre la vida de las personas, el medio ambiente y la economía.
Uno de los territorios más vulnerables, aseguró, es la provincia de Alicante y el aumento de la temperatura afecta a su turismo y agricultura. “Vamos hacia un clima cada vez más extremo”, como subrayó el catedrático de la UA.
Jorge Olcina abordó, entre otros, el problema del agua en España, las políticas medioambientales. De forma más local menciono la situación de las casas de primera línea de la playa Babilonia de Guardamar. Consideró que “sus propietarios no pueden estar ahí” por el estado de los inmuebles debido a la acción de los constantes temporales. Dijo no entender como en el año 2013 el Gobierno Central amplió la concesión de las viviendas por 70 años más de ocupación de Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT). “Ahora la lógica es pactar con los propietarios y recuperar el DPMT”, según indicó.
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