‘Un oriolano inédito. El poeta Eugenio de Pinunbrio’ es el título del nuevo libro de José Ruiz Cases, conocido como ‘Sesca’. El autor hace memoria histórica y saca del olvido a un oriolano y su obra literaria.
Pregunta. ¿Qué le atrajo de este ‘oriolano inédito’?
El carácter inédito de la vida y obra de este oriolano, que nació en 1904 y falleció en 1973, prácticamente ayer. Pese a ello, casi nadie se acuerda de él, y solo se le tiene constancia en círculos muy reducidos. Tuve más conocimiento de él a través del exdecano del Colegio de Abogados de Orihuela, José Germán Botella, que me facilitó su libro ‘Alma y Estirpe de Oleza’.
En este libro, ¿encontramos a Sesca pensador o al investigador?
A los dos. Aunque expuesta con sencillez es una biografía muy difícil. Pina Brotóns apenas deja rastro, salvo su obra, muy dispersa, muy oculta; no guardaba copia de los poemas que regalaba a amigos y protectores.
¿A qué cree que se debe el interés de autores oriolanos por profundizar en la historia de sus conciudadanos?
Tampoco es que halla empujones por acercarse a la vida de ilustres oriolanos; son muchos más los que esperan la atención de los historiadores que aquellos a quienes se les ha prestado. Hay gigantes en la historia de Orihuela que esperan que alguien se ocupe de ellos y los recupere con aquello de «Lázaro, levántate y anda”.
En la presentación, Pepe Aledo, le instó a que su próximo libro sea autobiográfico. ¿Se lo plantea?
En absoluto. Es una línea que entiendo peligrosa. Mi autobiografía está en mis escritos y sobre todo en algunas movidas sociales de todo tipo que se han ido y se vienen acometiendo en la ciudad, como los movimientos Pro-Río, Pro-Fundación Miguel Hernández, Pro-Universidad, Pro-Plaza de Toros, Pro Una habitación x persona en el Hospital de Orihuela… Una forma de autobiografiarse es precisamente abordar la vida y obra de otras personas. Por mucho que no se pretenda, en ese trabajo quedan muchos jirones propios. En esta biografía, como en las anteriores de Ramón Pérez Alvarez o Justo García Soriano, uno las aborda respetando lo sustancial, pero al final la historia te desborda y apareces un poco tú.
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