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Plurilingüismo. ¿Estamos bien informados?

A propósito de todo el movimiento que se ha generado estos días a causa de la implantación de la nueva ley sobre el plurilingüismo, quería expresar mi opinión como profesora de lenguas y oriolana.

Nací en la capital de la Vega Baja hace algo más de 30 años y desde que el valenciano llegó a nuestras aulas allá por los años 90, lo he estudiado desde que tengo memoria. Finalicé mis estudios de filología inglesa en la Universidad de Alicante y una vez decidí que quería encaminar mi vida profesional hacia la docencia, me di cuenta de que necesitaba el título del mitjà (C1) para poder acceder a la función docente. De esta manera me apunté a la Escuela de Adultos de mi ciudad para prepararme las pruebas de la JQCV. Ese mismo curso conseguí mi título, pero ahí no acabó mi experiencia con el valenciano. Animada por mis profesores, continué estudiando para conseguir el nivel superior C2, y en los años posteriores obtuve la Capacitació de docència en valencià y el Diploma de Mestra de valencià.

Con estos títulos bajo el brazo y tras unas duras oposiciones obtuve mis primeros destinos como profesora de inglés y valenciano en Segorbe y, posteriormente, Cocentaina. A ambas escuelas de adultos llegué hablando valenciano, ya que todos mis compañeros eran valenciano hablantes, y todos quedaban estupefactos cuando descubrían mi procedencia. Sí, puedes ser de la Vega Baja y convertirte en profesora de valenciano.

La frase más repetida en la manifestación de Orihuela ha sido: Respeto al valenciano, defensa del castellano. Estimados amigos, ¿cuál de las dos lenguas se considera una lengua minorizada con riesgo de desaparecer? Por lo tanto, ¿cuál de las dos necesita un tratamiento diferente para que no desaparezca, y con ella,parte de nuestra historia?

Permítanme que aclare un par de ideas que he leído estos días y considero erróneas.

Últimamente se ha afirmado que enseñar una materia no lingüística a través de una lengua que no es la materna, en este caso valenciano o inglés, los resultados académicos son peores. Si tenemos en cuenta autores como Cummins (2002), revelan en su teoría sobre la competencia subyacente común que los idiomas que se aprenden, no se alojan en compartimentos independientes en el cerebro, sino en el mismo. Cuando se aprende a redactar un texto, a leer o escuchar para extraer las ideas principales, etc., utilizamos la misma destreza en todos los idiomas, porque una vez se aprende una habilidad lingüística en un idioma, se transfiere fácilmente a los demás. Por lo tanto, una vez se tiene una competencia media en una lengua, el aprendizaje de una segunda y posteriores lenguas será siempre más sencillo, ya que no se parte de cero, en cuanto a habilidades lingüísticas respecta. Y son numerosísimos los estudios que demuestran que una lengua se aprende mucho mejor cuando se vehicula a través de una asignatura no lingüística. Un buen ejemplo de esto es el exhaustivo trabajo realizado por Coyle, D., Hood P., and Marsh D., (2010) sobre la metodología empleada en estos casos, conocida como AICLE en castellano o CLIL en inglés, que es la metodología estudiada por los docentes para obtener la capacitación en lenguas extranjeras.

Otra de las reivindicaciones que se ha hecho en la Vega Baja ha sido en contra de que impongan el valenciano como lengua vehicular en detrimento del castellano. Queridos amigos, la ley 4/2018, de 21 de febrero en su artículo 6 del capítulo I, apartados 3a) y 3b), estipula que tanto el valenciano como el inglés deben tener su asignatura lingüística específica y añade que, como mínimo, UNA asignatura no lingüística deberá vehicularse en valenciano y otra en inglés. Por tanto, un 25% del currículo se impartirá en valenciano, entre el 15%-25% en inglés y el porcentaje restante en castellano. ¿En qué momento ven que el valenciano se imponga como lengua vehicular sobre el castellano?

Con esto no quiero decir que la ley 4/2018 sea perfecta, ni mucho menos, ya que tiene un par de puntos a mejorar, según mi criterio docente. Estos puntos flacos son el calendario de implantación (disposiciones transitorias) y el apoyo a la comunidad docente (artículo 12). El hecho de implantar esta ley en el curso 2018-19 en Educación Infantil y primer ciclo de Primaria, curso 2019-20 en el resto de ciclos de educación Primaria y Educación Especial, y el curso 2020-2021 en la ESO, Bachillerato, FP y FPA, me hace pensar que la Conselleria no ha dedicado el suficiente tiempo a estudiar de qué manera puede afectar este calendario, no solo a las alumnas y alumnos, sino también a las/los docentes, los libros de texto y las recursos de los que dispone el centro. De la misma manera, el artículo dedicado al apoyo a la comunidad docente me parece que lo explica de manera muy vaga y escueta, sin dejar claro cuáles serán esos apoyos.

Por último, me gustaría contarles una anécdota. Usted es oriolana/o (requenense, utielano, torrevejense, etc.) y encuentra trabajo como médico o enfermera/o en un hospital de una zona valenciano hablante. Tiene que atender a una persona que ha sufrido un accidente y esta persona está muy nerviosa y se encuentra mucho más cómoda hablando en valenciano. ¿Se atrevería usted a decirle: “Disculpe, pero a mí usted me tiene que hablar en castellano, que para eso es la lengua oficial del Estado”. Esa persona, al igual que usted y que yo, tiene todo el derecho a ser atendida en la lengua con la que se siente más cómoda hablando.

Me gustaría concluir pidiéndoles que no se dejen manipular e infórmense muy bien antes de tomar cualquier decisión que repercuta en el futuro de sus hijas e hijos. No les arrebaten la oportunidad de conocer otras lenguas y culturas, de crecer como personas y aprender a valorar y apreciar la diversidad. Las lenguas sirven para unir, no para separar.

Leticia Quesada
Profesora

 

 

 

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