Hoy, y ayer, y antes de ayer, y en muchas otras ocasiones, un mensaje llega recurrentemente a los buzones de Cambiemos Orihuela para pedir acción frente al maltrato y el abuso contra los animales. Resulta lógico que seamos destinatarios de estas reclamaciones, sobre todo teniendo en cuenta que en el programa participativo que entre todas confeccionamos, aparecen varios puntos sobre el tema; siendo el único programa, y la única fuerza política de las que componen el Pleno Municipal de Orihuela, que incluyó en sus propuestas medidas de protección animal y vegetal, y siendo la única fuerza del Pleno que cuenta con una grupo permanente de trabajo Ecologista-Animalista.
Son muchos y diversos los problemas alrededor del maltrato a los animales que nos llegan cada día. Pero ahora en época estival tenemos que observar con bastante frecuencia, y con total impotencia, la instalación en nuestro municipio de circos y espectáculos basados en la crueldad contra los animales.
La arcaica y bárbara convención española que regula nuestra relación con los seres vivos, y que se reduce a algo absolutamente utilitarista y carente de compasión -una de las características diferenciadoras del Humano frente al resto de los animales- nos hace descender bastante de categoría. Esa falta de compasión no nace con nosotras, se nos inocula en la niñez, insensibilizando a los pequeños para que continúen manteniendo tradiciones y comportamientos de violencia y abuso gratuito. La infancia es clave para evolucionar hacia algo más humano -en cuanto a relación con los seres vivos-, y paradójicamente es la infancia la destinataria de un producto basado en su totalidad en la esclavitud, el abuso y el sufrimiento.
Animales salvajes -y no salvajes- fuera de su entorno, encerrados, obligados a adoptar posturas y comportamientos totalmente antinaturales, en ocasiones hacinados y malnutridos; golpeados y vejados. Ésa es la materia prima para arrancar la sonrisa de un niño que no tardará en adoptar un pensamiento que considera al resto de los animales objetos en movimiento, para su explotación, uso y disfrute. Qué alejado esto de la idea de un Mundo en armonía con la Naturaleza, en el que el Humano pueda aprovechar los recursos, y relacionarse con el resto de los animales, como se hacía antes de que nos creyéramos despóticos dueños de todo “por la gracia de Dios”. En la Naturaleza los animales se relacionan, sí, incluso alimentándose unos de otros, pero no recuerdo ninguna especie que cree macro-campos de concentración que traten a otro como mercancía industrial, y sobre todo no se tiene constancia de ninguna otra especie que abuse de otros con el único objetivo de lucrarse y pasar un rato divertido, eso es exclusivo “patrimonio de la Humanidad”.
Hoy tenemos en Campoamor -aunque se ha paseado por todo el termino municipal de Orihuela- un circo que se lucra con el trabajo esclavo de animales salvajes, fuera de su entorno, obligados a adoptar posturas y comportamientos antinaturales. Ese tipo de espectáculos ejecuta el abuso, pero la sentencia y la condena la dictan las personas que asisten sin ser conscientes del daño que están produciendo a esos animales, y sobre todo, del daño para las generaciones futuras, que crecen con la “maldición” de aceptar estas actitudes. El cambio de mentalidad viene de la gente pero también de los empresarios que están cambiando el modelo para dar un espectáculo atractivo sin necesidad de incorporar animales, hay algunos y exitosos ejemplos.
Mi ingenuidad no llega al extremo de pensar que mensajes como éste puedan cambiar algo tan incrustado en nuestra sociedad. Si a una persona sola le hago reflexionar, como antes me hicieron reflexionar a mí -uno fue cocinero antes que fraile-, me doy por satisfecho, pero la acción determinante ha de ser política. Es una necesidad ponernos en marcha para reformar una ordenanza obsoleta, “corta-pega” de la Ley regional también obsoleta, y que regula muy mal nuestra relación con el resto de animales.
En la pasada legislatura, el grupo municipal de Los Verdes, llevó a Pleno una reforma de mínimos que pretendía tan solo evitar la instalación de circos con animales en el término municipal. Solo el PSOE apoyó una moción que fue objeto de risa, de desprecio, o de ninguneo del resto de grupos, y que finalmente fue rechazada. Municipios de todo el mundo se suman a declararse libres de este tipo de espectáculos. En España hay decenas de casos, y aunque en muchos se ha contado con la oposición del PP, en otros, como en Málaga el pasado enero, ha partido de ellos la idea de prohibirlos junto con atracciones de ponis y otros abusos. Sería una grata sorpresa que en Orihuela pasara lo mismo que en Málaga.
Desde Cambiemos Orihuela, y especialmente desde el Grupo de Ecología, pretendemos trabajar intensamente este asunto proponiendo una reforma total de la ordenanza, para que se redacte otra que no hable de los derechos de explotación de los humanos frente a los animales, sino que hable de los derechos, de la relación justa y digna, de las personas con el resto de animales.
Alejandro Alonso
Miembro del Grupo de Ecología de Cambiemos Orihuela
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