El Orihuela se ha complicado él solo su clasificación para disputar la promoción de ascenso a Segunda B por segundo año consecutivo. Estaba en sus manos porque dependía de sí mismo defender la cuarta posición que ya ocupaba antes de la última jornada de este domingo. Sin embargo, la derrota ante el Villarreal C le ha dejado fuera de las cuatro primeras posición, relegándole al quinto puesto, si bien es cierto que el Villarreal C que es tercero, no podrá jugar promoción por contar con otro equipo en Segunda B, lo que supone que de terminar así la liga habrá una plaza más que sería para el Orihuela.
No obstante, resulta preocupante que los oriolanos no hayan sido capaces de ganar ninguno de los tres últimos partidos disputados, y que ante el Villarreal C se le escaparan los tres puntos tras terminar la primera parte jugando muy bien, con 1-0 a su favor y con superioridad numérica por la expulsión de un jugador rival. La segunda mitad muy para olvidar, y es que el propio entrenador del Orihuela, Manolo Alfaro, reconoce que ha detectado que su equipo «se desarma cuando recibe un gol. Cualquier cosa le afecta a la plantilla y me molesta mucho que cuando recibe un gol se desordene y ya no compita».
Ahora solo quedan dos jornadas de liga que son verdaderas finales para el equipo escorpión. La primera de ellas será el próximo domingo en Los Arcos a las seis de la tarde, de nuevo ante el un rival directo. En esta ocasión el contrincante será el Beniganim, que está empatado a puntos con el Orihuela.
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