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Los vendedores ambulantes avisan de que los mercados agonizarán de mantenerse las actuales medidas sanitarias

Cola de compradores que esperan turno para acceder al recinto del mercado en Orihuela, donde se toma la temperatura uno a uno. /A. O.

Exigen una mayor implicación y sensibilidad de ayuntamientos como el de Orihuela y que se equiparen las exigencias sanitarias del sector con el de venta en tiendas o supermercados

«O nos movilizamos o nos vamos al hoyo. Nos están tomando el pelo. Tenemos derecho a trabajar desde que abrieron las tiendas pero no nos dejan porque no les interesa. Es más cómodo para un ayuntamiento poner cuatro puestos, así trabajan menos e invierten menos en nosotros, en seguridad, en limpieza…». El enfado y la decepción son manifiestos entre un amplio sector de los vendedores ambulantes. Se sienten abandonados desde que comenzara la crisis sanitaria. Han aguantado cerca de 70 días sin ingresos y, ahora, que algunos ya han podido retomar su actividad de venta no sedentaria sienten que se les está maltratando.

«Lo único que se logra es espantar a la clientela con medidas desproporcionadas»

Reconocen, no obstante, que la situación cambia según el municipio. Hay ayuntamientos, según argumentan, que se han implicado más y están haciendo todo lo posible por facilitarles el trabajo sin menoscabar, por ello, las directrices sanitarias vigentes. Por contra, otros se escudan en las medidas de seguridad para «molestarse lo menos posible» sin tener en cuenta que, «así, no se puede trabajar». En este sentido, explican que en Orihuela se han adoptado una serie de exigencias de seguridad sanitaria que no hacen más que perjudicar al sector y frenar su recuperación, puesto que lo único que logran es «espantar a la clientela». La estampa de largar colas de ciudadanos, carrito en mano, para poder acceder al recinto es una de las trabas que apuntan: «Quién va a aguantar en cola a pleno sol? Al segundo día, no vuelven porque las medidas son desproporcionadas».

«O nos movilizamos o nos vamos a la ruina. Tenemos derecho a trabajar desde que abrieron las tiendas»

Nos toman el pelo. Somos tienda, pero nos quieren aplicar unas exigencias que buscan quitarse trabajo»

Admiten la necesidad de adoptar unas medidas de seguridad sanitaria acordes a la actividad pero recuerdan que su sector es el mismo que el de la venta sedentaria, es decir, de tienda o supermercado, donde la única exigencia pasa por dispensar gel hidroalcohólico, guantes, mascarilla y evitar aglomeraciones con el control del aforo. De hecho, insisten en que, por la propia configuración tradicional de las paradas, está más que garantizada la distancia mínima de seguridad de 2 metros entre vendedor y cliente y de 2’5 metros con el puesto anexo. Según opinan, no hace falta separar los puestos 2,5 metros entre sí por el lateral ni establecer pasillos de 6 metros entre los frentes de los puestos. «Eso es una tomadura de pelo y una mentira. La distancia mínima es de 2 metros con el cliente y eso se cumple, y de otros 2 metros entre el cliente de mi puesto y el del puesto de enfrente, y tampoco hay problema aquí. Las calles son anchas y sobra espacio». E insisten: «Nos toman el pelo. Somos tienda y, como tal, tenemos los mismos derechos y obligaciones pero nos quieren imponer unas exigencias que solo buscan quitarse de encima trabajo».

Avisan de que piensan en movilizarse para exigir que se equiparen las exigencias sanitarias de los mercados ambulantes a la de las tiendas y que se amplíe el aforo de puestos, más allá de los de alimentación. La primera cita la tienen en Murcia en unos 15 días, donde se prepara la primera acción de protesta. En Orihuela, sopesan también organizar movilizaciones de prolongarse en el tiempo una situación que consideran insostenible y que les empujará a la ruina.

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