Unos 80 vecinos residentes en las ocho escaleras de un edificio de la calle Médico Temístocles Almagro de Orihuela se han encontrado esta mañana con la desagradable sorpresa de tener casi medio metro de agua en la mayor parte del sótano destinado a la cochera del inmueble y todos los ascensores inutilizados.
En alguna zona, el agua casi llegaba a la altura de las puertas y del motor de los vehículos y se han visto afectados numerosos trasteros, con la consiguiente pérdida o deterioro de numerosos objetos que muchas familias guardaban.
El problema de estos vecinos no es nuevo y lo arrastran desde el año 2003, “pero nunca había entrado tanto como hoy”, según relata Pepe Riquelme, uno de los vecinos afectados. La causa está en la acequia de riego que cruza Orihuela “y cada vez que la abren la tanda de agua nos sube el agua en la cochera unos pocos centímetros”.
Mientras un grupo de propietarios intentaba poner en marcha las bombas de achique “que han saltado por la cantidad de agua”, e incluso sacar el agua con mangueras del hueco del ascensor, han explicado que ni la acequia ni el edificio cuentan con una impermeabilización que evite la entrada de agua al inmueble. También aseguran que la empresa que construyó el edificio no acometió bien los cerramientos ni desvió los tubos de la acequia lo suficiente para alejarlos del edificio, “porque entonces esto no hubiera pasado”.
El problema lo intenta solucionar el administrador pero también les ha llevado hasta los tribunales con una demanda al promotor y a los responsables técnicos de la obra, “pero aquí nadie hace nada”. “hace dos años nos dijeron que había un acuerdo para poner una solución pero aquí no viene nadie a hacer nada”. Los indignados oriolanos piden que se actúe primero en la acequia y luego en el edificio “para que esto no vuelva a pasar”.
Lo que sí han hecho los vecinos a primera hora ha sido avisar a la Policía Local para que dieran aviso al Juzgado de Aguas y se intentara interrumpir el caudal por la acequia, algo que, al parecer no habían conseguido a media mañana porque el agua subía lentamente. También lo han notificado en la Concejalía de Infraestructuras del Ayuntamiento, donde conocen el problema “porque ya hemos presentado varios escritos en los últimos años”, según Riquelme, quien detalla “que nos han dicho que no era cosa de ellos, sino de Aquagest”.
Las vibraciones por la cercanía de las obras del AVE y la humedad que soportan desde hace 13 años han originado también la aparición de grietas en suelos, paredes y techos de algunas viviendas del primer y segundo piso, donde algunas puertas que empiezan a no poder cerrarse ni abrirse, como consecuencia de que el edificio ha cedido, lo que les mantiene en alerta, “porque creemos que se va a caer algún día”.
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