Fermín Crespo Rodríguez . Presidente Junta Provincial AECC-Alicante
El coronavirus ha generado la crisis más importante que ha conocido la humanidad desde la II Guerra Mundial. La pandemia tiene un impacto sin precedentes en la sociedad y en la economía, pero sobre todo ha colapsado la sanidad, lo que tiene graves consecuencias presentes, pero sobre todo tendrá secuelas en forma del incremento de la mortalidad en el futuro por los efectos indirectos en quienes sufren otras enfermedades graves como el cáncer.
De hecho, los pacientes con cáncer son los grandes damnificados de esta epidemia mundial desde la primera ola que se produjo en el mes de marzo de 2020. Por tanto, padecen las consecuencias de las dos pandemias, la que está todos los días en los medios de comunicación y las conversaciones (COVID-19) y de la silenciosa que es el cáncer. En esta tercera ola, la situación de emergencia en cáncer incluso ha empeorado, como declaraba recientemente el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de Oncología del Hospital General de Elche, Álvaro Rodríguez-Lescure.
Vivimos tiempos de estadísticas permanentes de afectados y de víctimas mortales por el coronavirus y esto quizá nos esté haciendo menos sensibles a otros datos también importantes. Entre tanto dato es relevante resaltar que cada año mueren en España unas 110.000 al año con un coste de unos 19.300 millones de euros; que durante el confinamiento 1 de cada 5 pacientes de cáncer o no se ha diagnosticado o se ha diagnosticado tarde, lo que representa un hándicap para su supervivencia; que el 34% de los pacientes de cáncer desarrolló ansiedad o depresión, un dato que en subió hasta el 41%; que desde marzo la situación económica del 20% de los enfermos de cáncer ha empeorado gravemente; y que en diciembre un 17% de la población con cáncer no se había recuperado.
Es indudable que la COVID-19 ha agravado una situación sanitaria estructuralmente deficiente lo que tendrá consecuencias futuras. En este escenario, es urgente definir un Plan Nacional de Cáncer que ponga a la persona en el centro, que corrija las deficiencias que tiene el Sistema Nacional de Salud y proteja a los enfermos para hacer frente a próximas crisis que ya sabemos van a producirse. Un plan que garantice la igualdad de todos los españoles ante el cáncer con el refuerzo de la atención primaria; reactivando los programas de cribado; y garantizando la atención psicológica a pacientes y familiares.
En este escenario hemos de ser conscientes de que el cáncer es igual para todas las personas, pero no todas las personas somos iguales frente al cáncer. Para evitar las inequidades es necesario que nos unamos en un gran Acuerdo Contra el Cáncer, que sumemos fuerzas para que todos tengamos las mismas posibilidades de evitar el cáncer, vivir con él y acceder a los resultados de los avances que se producen en los distintos terrenos de la investigación.
Tenemos que tomar medidas para que el impacto sanitario de la pandemia no impida la detección del 21% de nuevos casos de cáncer por falta de medios.
Hemos de generar sistemas sencillos para que todas las personas puedan tomar decisiones saludables que eviten hasta el 50% de los casos de cáncer y para que toda la población española pueda acceder a los programas de cribado de cáncer, independientemente de su lugar de residencia.
La acción común debe servir para erradicar la desigualdad y para ayudar a las personas con cáncer a afrontar el miedo, a disminuir la sensación de soledad no deseada, poniendo a su disposición y a la de sus familiares tratamientos psicológicos especializados.
Debemos fijar como objetivo colectivo prioritario que el cáncer no provoque pobreza en las personas más vulnerables que lo padecen y que nadie se quede sin diagnosticar como consecuencia de cualquier tipo de crisis.
Como sociedad moderna y solidaria hemos de aspirar a una mayor equidad en el acceso a los resultados de la investigación sobre el cáncer para lo que es imprescindible duplicar la inversión hasta alcanzar los 3.000 millones de euros en 2030, cantidad que permitirá conseguir avances en los tratamientos de todos los tipos de cáncer y mejoras en las posibilidades de supervivencia y en la calidad de vida de quienes lo padecen.
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