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Arturo Picazo presenta ‘Sombras en la nube’

El conocido y ya prestigioso escritor Arturo Picazo Bermejo acaba de publicar su cuarta novela titulada ‘Sombras en la nube’, en la que da un radical cambio de estilo respecto a su anterior trabajo, ‘Misiva a Cesenio’, de carácter histórico, tratando ahora el tema de la violencia juvenil a través de la tecnología.

Arturo Picazo, que actualmente trabaja en el sector de la Educación Social en Orihuela, centra esta historia en nuestro tiempo y en esta ciudad, por lo que es muy fácil comparar situaciones y lugares que nos pueden resultar muy cercanos. Por eso, el autor insiste en que todo lo descrito es totalmente imaginario. Aunque en principio esta novela fue presentada a través de Amazon, ha sido el creciente interés de público quien ha pedido su paso a las librerías para poder disfrutar de ella como se ha hecho desde siempre, tocando y teniendo el libro entre las manos, metiéndose de lleno en una historia que nos atrae y nos remueve la conciencia desde la primera página.

Pregunta. Nueva novela con un estilo muy diferente a tus anteriores trabajos. ¿Ese cambio es algo premeditado?
Respuesta. En principio, no. Las ideas surgen cuando surgen y, seguramente, debido a diversas experiencias en mi trabajo como educador, surgió la idea de ahondar en lo que llamamos violencia juvenil, que en la actualidad, con la aparición de las nuevas tecnologías, tiene connotaciones distintas a la de hace algunas décadas.

P. Ahora te adentras en algo tan inquietante y actual como es la violencia en nuestra sociedad. ¿Crees que es algo que tenemos que parar entre todos de alguna manera?
R. Por supuesto. De eso se trata. ‘Sombras en la nube’, en concreto, se adentra en un aspecto de esa violencia: la juvenil, que tiene sus propias particularidades. Sus raíces pueden ser mucho más difusas que otros tipos de violencia con motivaciones más precisas y causas más claras. No ocurre así en la violencia juvenil. El sustrato que la alimenta y mantiene no resulta fácil de aclarar.

P. En esta novela hablas de la muerte de una joven a manos de otra, ambas adolescentes. ¿Se puede transmitir algún mensaje positivo de algo tan duro?
R. Creo que sí. Ya lo dice algún personaje de la novela, al menos contribuir a que estas situaciones no se produzcan. Y no me refiero a una situación tan límite como la propuesta sino a otras, que sí que se dan con más frecuencia, como presiones, insultos, peleas, señalamientos, etc.

P. En esa violencia gratuita, ¿qué parte de culpa tiene la tecnología o las redes sociales donde a través de ellas se puede insultar, amenazar e intimidar a cualquiera?
R. Está claro que los objetos son neutros moralmente y es el uso que le demos el que los convierte en positivos o negativos, buenos o malos. No cabe duda de que el uso que muchos dan a las nuevas tecnologías y redes sociales no es el más apropiado. Es algo que todos, no solo los jóvenes, debemos aprender: el manejo de esas tecnologías tiene una dimensión moral.

P. Además de escritor también trabajas en el sector de la enseñanza. ¿De qué manera debemos mentalizar a los jóvenes para que vean que la violencia nunca está justificada y que siempre es el camino equivocado?
R. Trabajo en el sector de la Educación Social. En todo caso, la educación es fundamental, pero se equivoca quien la remite solo a los centros académicos, quitándose responsabilidades. Las familias no pueden dimitir de esa función educativa. Una familia puede no saber mucho de conceptos y contenidos académicos, pero puede aportar un caudal de experiencias positivas que a la postre va a resultar más fundamental en el desarrollo de sus hijos que los propios contenidos académicos, por otra parte también necesarios.

P. Esta trágica historia que cuentas transcurre en Orihuela, aunque es totalmente ficticia. Su trágico desenlace tal vez se deba a que las dos protagonistas, en lugar de sentarse y debatir, lo hacen todo a través de un móvil. ¿Quiere eso decir que la falta de comunicación entre nosotros es el peor de nuestros males?
R. ¿Ficticia? A veces la realidad supera la ficción. Quizás a muchos lectores le venga a la memoria un hecho acaecido hace siete u ocho años en una parte de España que no quiero precisar, donde dos chicas menores se citan y una mata a la otra. Una historia tan similar a la que desarrollo que al principio me veo obligado a advertir que no tiene nada que ver una con la otra. Respecto a lo segundo, sí. El móvil en muchos casos, paradójicamente, no facilita la comunicación sino la alienación. Muchos están totalmente absorbidos por el móvil.

P. ¿Cómo han recibido tus muchos seguidores, acostumbrados a tus trabajos de gran rigor histórico, esta nueva novela de marcado corte juvenil?
R. Pues en general, he de decir que bien. Algunos me llaman o me escriben para felicitarme y decirme que la novela les ha dicho mucho.

P. ¿Por qué decidiste publicarla a través de Amazon? ¿El futuro de la literatura es la autoedición?
R. He publicado dos novelas a través de editorial, pero no siempre es fácil. A veces, las editoriales ni te contestan. La autoedición suele ser cara. Amazon da muchas facilidades y su capacidad de distribución es enorme.

Antonio Zaragoza

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