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La apuesta por una alimentación saludable se convierte en el ‘plato fuerte’ del colegio público de Hurchillo

Imagen del comedor del colegio público de Hurchillo

El Colegio Público ‘Manuel Riquelme’ de Hurchillo acaba de recibir el Premio Nacional de Alimentación Escolar que otorga el Ministerio de Sanidad y Consumo dentro de la estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad).

El proyecto ‘Sabor de vivir’ del centro escolar ha merecido esa distinción por un proyecto de alimentación saludable que funciona desde hace doce años y que se plasma especialmente a diario en el comedor escolar al que acuden cada mediodía, de lunes a viernes, unos 140 alumnos de los 200 matriculados en el colegio. Este galardón sitúa al comedor del colegio en un referente en la Comunidad Valenciana.

Pero el comedor es una parte del proyecto global de alimentación, «la más importante», como afirma el director del centro escolar, Joaquín Marzá, quien relata que desde el almuerzo, «todos los niños comen una pieza de fruta a diario». El comedor es lo más parecido a comer en casa «porque los niños reciben la comida en un plato, no en bandeja, y con ensalada, dos platos y postre». La merienda es otra pieza fundamental y durante tres meses al año, «los alumnos de Infantil reciben aquí su merienda». Los escolares más menudos también se implican en este proyecto con iniciativas como la elaboración de zumo de naranja, que ellos mismos exprimen y beben cada miércoles».

Poner en valor la alimentación
A lo largo de estos años, el colegio de esta pedanía oriolana ha propiciado diferentes estrategias para poner en valor la alimentación escolar.

Una de más significativas es la publicación de tres libros de recetas de cocina elaboradas en el colegio, en los que destaca una defensa muy importante de los productos de la zona, especialmente verduras, hortalizas, como la alcachofa, y frutas como naranja, mandarina y la granada. Marzá anuncia la elaboración del cuarto libro dedicado a las comidas de Miguel Hernández y en el que participarán diferentes cocineros a nivel nacional. Cada mes se realiza un viaje por una ciudad española y se dedica el menú a las comidas más típicas de esa zona. Este mes toca Barcelona.

Por otro lado, el colegio organiza cada curso varios talleres de cocina con los alumnos «para que aprendan también a cocinar», sin olvidar las jornadas de cocina ecológica en las que participan diferentes cocineros desde hace once años. «En las últimas jornadas asistieron alrededor de 300 personas», recuerda Marzá.

La importancia de enseñar «a comer bien»

El director del colegio, Joaquín Marzá, asegura que el comedor supone un elemento «fundamental» del proyecto puesto en marcha en el centro, «porque a comer bien hay que aprender desde los primeros años».

Destaca que, desde la comunidad educativa, «nos hemos implicado especialmente en trabajar la vida saludable, con actividades como la neurociencia en movimiento, actividad que hacemos en el mes de mayo nada más llegar los niños al colegio». Otra parte esencial del proyecto es la danza «que todos los alumnos practican a lo largo del curso escolar».

El Ministerio de Sanidad y Consumo ha considerado este proyecto como el mejor de España por este concepto global, «con una comida de calidad, pero también con una educación en hábitos saludables que nos hace sentir muy orgullosos después de doce años».

«Los niños nos ayudan con los menús porque dicen lo que les gusta comer y se lo preparamos»

La cocina y el comedor es parte esencial del colegio público de Hurchillo, a donde a diario, de lunes a viernes, acuden a mediodía y en varios turnos unos 140 alumnos. La gestión del comedor escolar se ha realizado durante los últimos doce años por la empresa Catering-45, que se ha esforzado, año tras año, por proporcionar una dieta con productos de primera calidad.

La persona de referencia para estos pequeños comensales de educación Infantil y Primaria es Pilar Baldó Andreu, cocinera y encargada de dirigir la elaboración de los menús desde hace trece años. Para ella, el premio otorgado al centro es algo que le ha producido «mucha satisfacción», pero manifiesta alegrarse más «por todos los niños que acuden con alegría a comer lo que preparamos».

Junto a Pilar y Francisco Pellicer como encargado del comedor, María del Mar se encarga de atender a los niños, que tienen decisión sobre los menús, «porque preguntamos lo que prefieren y nos hemos adaptado a sus gustos». «De ver que se lo comen todo nos sentimos muy contentos».

Los menús son muy variados e incluyen todo lo necesario para una correcta alimentación saludable, desde los guisos tradicionales como arroz, potaje y lentejas, «que les gustan con locura», pasando por la pasta hasta los platos de verdura y, por supuesto, la pieza de fruta «porque nunca les falta una manzana, una naranja, una pera o un plátano».

El pasado viernes tocaba hamburguesa, con ketchup, «pero sin patatas para no hacerlo más pesado», como dice Pilar, quien, con una sonrisa, sigue en su cocina llenando los platos «para mis chiquitos».

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