- Advertisement -

Discurso de José María Pomares, comisario jefe de la Policía local de Orihuela, en el acto de homenaje y reconocimiento a la Policía Local

Distinguidos miembros de la Corporación Municipal, autoridades civiles, compañeros del Cuerpo de la policía local y miembros de las fuerzas de seguridad que compartís con nosotros la ineludible tarea de garantizar el bienestar de nuestros vecinos, amigos y familiares.

Un anónimo dejó escrito que “la Policía es como el café: algunos lo prefieren fuerte, otros, con azúcar, pero todos agradecemos que esté ahí cuando más lo necesitamos”. Y creo que más allá de su originalidad o supuesto ingenio, encierra una verdad incuestionable: en la sociedad actual, los cuerpos y fuerzas de seguridad somos imprescindibles en cualquiera de nuestras versiones y ámbitos.

Tenemos un papel represor delegado por el Estado como institución que monopoliza el uso de la fuerza, pero esa es la parte menos cotidiana de nuestro quehacer; la mayor parte del tiempo nuestro esfuerzo se distribuye en labores de ayuda, auxilio, cooperación, facilitación, información y participación. Como el café, estamos en el día a día de nuestros vecinos y, al margen de qué modelo prefieran, lo que no se discute es que tenemos que estar ahí cuando nuestra presencia sea necesaria.

Convendrán conmigo que el verano ha estado cargado de vídeos en las redes sociales con acciones policiales polémicas; en unos se criticaba la dureza “innecesaria”, en otros la falta de preparación o profesionalidad cuando no la excesiva permisividad con las personas disruptivas. También hemos visto, que acciones relativamente cotidianas, como disputas entre vecinos o disturbios de aparente baja magnitud inicial, pueden acabar con resultados fatales. En ellos observamos una característica compartida de gran parte de la acción policial, y es que nuestro trabajo queda registrado o incluso retrasmitido en directo. A eso hemos de unir que el concepto de autoridad está discutido tanto por determinados segmentos de la ciudadanía como por algunos de sus representantes políticos. Actuamos en streaming, lo que aumenta la dificultad de la tarea cuando la situación es límite y pone a prueba constantemente nuestra formación, nuestro carácter y nuestro concepto de equipo.

El modelo delincuencial ha evolucionado, se han incorporado a las nuevas variantes tipológicas, el uso intensivo de la tecnología y por tanto nuestra forma de trabajar debe adaptarse y adelantarse. A la complejidad delictiva se suman las diferentes opiniones sobre cómo debemos comportarnos, unas honestas y sinceras, otras lastradas de prejuicios ideológicos. Por ello hago un llamamiento desde esta tribuna, como reitero cada año, a la colaboración entre cuerpos de seguridad, a la comprensión de nuestros vecinos y al compromiso de nuestras autoridades. Nunca como ahora, ha sido más la seguridad cosa de todos.

Tras esta inevitable reflexión compartida, deseo expresar mi más sincero agradecimiento en nombre de la Policía Local de Orihuela a la corporación saliente por su trabajo, pero sería injusto si hiciese un simple reconocimiento genérico cuando tiene nombres y apellidos concretos: Luísa Bonet y Antonio Sánchez, en tiempo record y como compromiso personal, lograron para este municipio, entre otras cosas, que la plantilla recuperase los mínimos necesarios para garantizar el servicio exigido. Muchos de los agentes que hoy recorren las calles para que, si hace falta café, esté al punto y no llegue frío, deben su puesto a una labor eficaz, tenaz, comprometida e implicada, que rompió una tendencia evasiva, contradictoria e inexplicable. La verdadera política es resolver problemas y ellos, en su parcela, con nosotros, fueron ejemplares. Su compromiso con la ciudad y su apoyo han sido fundamentales para mantener la seguridad y el bienestar de nuestra comunidad.

Despedimos a unos y saludamos a otros, a los que han llegado hace poco tras lograr la confianza de los oriolanos. Confianza que es compartida y que se fundamenta en el enorme respeto que sentimos, como funcionarios públicos, por su cometido. Desde aquí, ante todos ustedes, en nombre de la Policía Local de Orihuela, les expresamos nuestro deseo de colaboración leal y productiva. Juntos, oposición y gobierno, podemos trabajar para hacer de Orihuela un lugar aún más seguro y próspero para todos sus habitantes.

No pedimos desde la Policía igualdad de criterios, simplemente solicitamos seriedad, rigor, escucha, paciencia y honradez. Que el criterio político no lo alimente exclusivamente la legítima aspiración al poder, los intereses particulares o el encono, sino las necesidades de nuestra gente, y, con el enfoque que cada opción genuinamente aporta, se sumen la fiscalización de la gestión y de las políticas implementadas con la noble fidelidad al compromiso ciudadano, de manera que tanto quienes ostentan eventualmente el gobierno como quienes, en la oposición, vigilan y complementan la acción política, sean conscientes en su ejecutoria que lo primero que debe informar su actuación pública es el bien general. Y entre unos y otros, desde puntos de vista incluso opuestos, seamos capaces de elevar a la ciudad, sus partidas rurales y la costa a niveles de confianza y seguridad propios de una sociedad avanzada. No es fácil, las amenazas son muchas, las incertidumbres incontables, pero en eso consiste nuestra misión: prevenir y anticiparnos para dar una respuesta eficiente, proporcional y profesional.

En esta ocasión especial, quiero felicitar a los miembros de la Policía Local de Orihuela que han sido condecorados por su valía y dedicación en el cumplimiento del deber. Vuestra labor es ejemplar y un motivo de orgullo para todos nosotros.

Y también a quienes nos apoyan con su desinteresado esfuerzo, a esas personas y entidades que hacen que encontremos sentido a ponernos el uniforme, que consiguen que sea un orgullo servir, que nos alientan con la predisposición generosa que vela, pero no oculta, un aprecio que es mutuo. A quienes hoy reconocemos como colaboradores imprescindibles solo queremos decirles, humildemente, gracias. Formáis parte de nuestro cuerpo y hacéis que nos sintamos plenamente integrados en la sociedad a la que dedicamos lo mejor de nosotros.

Por cerrar con la cita que abrió mis palabras y para no extenderme más, recordad que el café es amargo, como algunas de nuestras funciones, pero estimulante, como el reto diario de saber que estamos ahí junto a nuestros conciudadanos, empeñados en asegurarles una convivencia pacífica, confiada y fraterna. Compañeros de la Policía Local, nuestra misión es reducir los conflictos no crearlos, que cada acto sea para cumplir esta máxima. Un café demasiado fuerte puede producir ardor, demasiado dulce empalaga. Nunca perdamos la autoridad, pero que esta no sea producto del poder desmedido o la soberbia. Confío sin fisuras en vuestra vocación, vuestra preparación y vuestra entrega. También confío en que las autoridades que nos acompañan nos concedan todo su apoyo.

Finalmente, quiero lanzar un mensaje de confianza y compromiso a nuestros ciudadanos. Estamos aquí para escuchar y atender vuestras demandas. La Policía Local de Orihuela seguirá trabajando incansablemente para proteger derechos, mantener la seguridad y contribuir al bienestar de la comunidad. Juntos, construiremos una Orihuela más segura y próspera para todos.

Gracias y que la Virgen de Monserrate nos guíe y proteja en esta noble tarea.

 

Los comentarios están cerrados.