Después del susto que se llevaron muchos oriolanos al conocer que el pasado 9 de abril se había procedido a acordonar la Iglesia de las Santas Justa y Rufina por una serie de desprendimientos en la torre, esta tarde todas las alarmas volvían a saltar al comprobar que, de nuevo, una grúa se había instalado en las inmediaciones del templo. Sin embargo, tal y como señalan fuentes municipales, la presencia de la grúa no es fruto de un nuevo episodio de caída de cascotes, sino que se trataría de unos trabajos de rehabilitación en la torre de la Iglesia.
Una intervención inminente
Esta intervención, indican, forma parte de una serie de actuaciones previas al proyecto de restauración de la Capilla de la Comunión que, tal y como afirman desde el Consistorio, tiene una fecha de inicio inminente. De esta manera, aseguran, en las próximas semanas se procederá a intervenir en en una de las zonas más afectadas del interior del templo, que lleva años apuntalada a la espera de su rehabilitación.
Así, el Obispado de la Diócesis Orihuela-Alicante ya tendría todo a punto para comenzar estas obras, tras recibir una subvención de 200.000 euros de la Generalitat Valenciana, dentro del plan de ayudas para la conservación y protección del patrimonio cultural, que destina 2,9 millones a varios municipios de la Comunitat. A este montante se sumarían otros 200.000 euros otorgados por el Ayuntamiento más el dinero aportado por el propio Obispado.
La Capilla de la Comunión: una joya barroca pendiente de rehabilitación
La Capilla de la Comunión, ubicada a los pies del templo, fue construida en el siglo XVIII por el arquitecto Antonio de Villanueva. Está compuesta por dos partes: una planta cuadrada a modo de atrio, y la capilla propiamente dicha, de planta ovalada y culminada por una cúpula elíptica. Su interior está decorado con un retablo barroco clasicista presidido por la talla gótica de la Virgen del Rosario, dorada y repolicromada en el siglo XVII.
Sin embargo, este espacio presenta un importante deterioro debido a filtraciones de agua de lluvia y la existencia de grietas en muros, pechinas y bóveda, lo que motivó en su día la colocación de andamiaje para evitar riesgos.
La intervención prevista contempla la demolición de la cubierta actual y la instalación de una nueva techumbre de teja curva, el sellado de grietas estructurales, la restauración del retablo principal por parte de un profesional especializado, y la recuperación de los revestimientos interiores. Además, se rehabilitarán los trasteros anexos, cuyos techos se sustituirán por cubiertas vistas similares a las proyectadas para la sacristía.
Un templo con alto valor patrimonial y simbólico
La Iglesia de las Santas Justa y Rufina, edificada en el siglo XIV y reformada en los siglos XVI y XVIII, está declarada Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional desde 1971. El templo combina elementos góticos y barrocos y alberga una capilla con una rica historia artística y litúrgica.
Su deterioro es significativo: entró en la Lista Roja del Patrimonio en 2020. En 2009 ya se cerró temporalmente por desprendimientos en la cúpula, que ahora se va a intervenir. La última gran actuación se remonta a 2003, con la exposición “La Luz de las Imágenes”, aunque entonces se dejó fuera la Capilla de la Comunión.
La cubierta de la sacristía del siglo XVIII cedió en 2020 a causa de las lluvias y de los daños previos de la DANA de 2019, provocando grietas y el derrumbe parcial de la estructura. La parroquia la reparó dos años después con un préstamo de 250.000 euros. Las lluvias también provocaron nuevas grietas en la nave, lo que refuerza la necesidad de esta intervención integral.
Actuaciones de emergencia en la cúpula
Previo a comenzar el proyecto de rehabilitación, el Obispado ha tenido que intervenir de emergencia en la cúpula de la torre gótica del campanario. Esta zona sería otra de las grandes afectadas en el templo que precisa de restauración urgente, por lo que se decidió que los trabajos comenzaran por ahí.
Fue en este momento, cuando se detectó la caída de pequeños cascotes que llevaron a acordonar las inmediaciones de la Iglesia para la precaución de los viandantes. Desde el Ayuntamiento, manifiestan que el desprendimiento producido fue a causa de pequeñas piedras que no suponían peligro, aunque se decidió tomar todas las medidas necesarias para evitar accidentes sobre los transeúntes.
Ahora, los trabajos se han reanudado poniendo en primer lugar el foco en esta cúpula para su completa restauración, una intervención menor que, aseguran, durará entre dos y tres días, y que será el punto de partida para la rehabilitación de uno de los templos más emblemáticos de la comarca.