El Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela celebró este miércoles 14 de mayo la tercera edición de sus Premios del Tribunal de las Aguas, en un acto cargado de simbolismo al conmemorarse el 750 aniversario de la institución. El evento tuvo lugar en el Colegio Diocesano Santo Domingo a las 18:00 horas y contó con la asistencia de representantes del Consell, el presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, así como autoridades locales y comarcales de la Vega Baja del Segura.
“¿No se te cae la cara de vergüenza?”
Como ya ocurriera el pasado 22 de febrero, el presidente del ejecutivo valenciano se encontró a su llegada con la concentración de un grupo de personas que manifestaron su rechazo por la gestión de la DANA de Valencia. En este sentido, los manifestantes llevaron a la entrada del colegio carteles con frases como “Mazón dimisión“, “Por las víctimas, justicia” y “¿No se te cae la cara de vergüenza?”, entre otros.
El presidente, que ha accedido hasta la misma puerta con el coche oficial por la seguridad del mismo, recibió gritos, pitadas y abucheos desde que bajó del vehículo. En contraposición, Mazón fue arropado por un gran baño de masas de cargos y simpatizantes populares que lo recibieron con vítores y aplausos que buscaban opacar la concentración de los opositores.
Premios a la defensa de la agricultura comarcal
Tras los momentos previos de tensión, los asistentes accedieron al salón de actos del colegio donde se llevó a cabo la ceremonia. Durante el acto, fueron reconocidos Caja Rural Central, el ingeniero agrónomo Francisco Zapata Raboso y los propios Síndicos, Electos y Representantes del Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela, por su implicación en la defensa y apoyo de la agricultura en la Vega Baja. Cada uno recibió el blusón huertano, símbolo distintivo del Tribunal, junto con el escudo de plata de la entidad.
La Generalitat impulsa la candidatura a Patrimonio de la Humanidad
Durante su intervención, Carlos Mazón anunció que el Ejecutivo autonómico ya ha solicitado al Ministerio de Cultura la tramitación para que el Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela sea reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta iniciativa se produce después de que el pasado 11 de febrero la Generalitat aprobara su declaración como Bien de Interés Cultural Inmaterial.
Mazón destacó el papel del Juzgado en la resolución pacífica de conflictos hídricos y su valor como ejemplo de cultura del agua, afirmando que lleva 750 años trabajando “por la paz del agua” y que su gestión constituye un patrimonio cultural, social, económico y medioambiental de valor incalculable.
El jefe del Consell reiteró también el compromiso firme de la Generalitat frente a decisiones que, dice, condenan a la agricultura de la zona, en referencia al recorte del Trasvase Tajo-Segura. “Nadie está en condiciones de darnos lecciones en el uso racional del agua”, reivindicó, destacando que la Comunitat Valenciana reutiliza el 40% del agua de España.
Asimismo, defendió la capacidad histórica de los regantes valencianos para “aprovechar cada gota de manera sostenible y eficiente”.
Nuevas inversiones y recuperación del patrimonio documental
Carlos Mazón también avanzó que se iniciará la catalogación y digitalización de los fondos históricos del Juzgado, que se remontan al siglo XII, y expresó la voluntad del Consell de recuperar el Llibre dels Repartiments, sustraído del Archivo Municipal de Orihuela a principios del siglo XX.
En cuanto a inversiones, Mazón anunció una movilización de más de 50 millones de euros para infraestructuras en la Vega Baja, incluyendo 12,2 millones para regantes del Juzgado, 4,1 millones para mejoras de regadío en varios municipios y 13,2 millones para consolidar la red hidráulica de riego, además de 3,6 millones para adaptación al riesgo de inundaciones a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE.
Una institución histórica viva y con futuro
El Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela continúa así consolidando su relevancia como símbolo de la cultura hídrica del sureste español, con más de siete siglos de historia al servicio de los regantes y del equilibrio territorial. Su candidatura a Patrimonio de la Humanidad busca equipararlo al Tribunal de las Aguas de Valencia y al Consejo de Hombres Buenos de Murcia, y reforzar su papel como garante de un modelo eficiente y equitativo de gestión del agua.